Se conoce como “Belle Époque†el perÃodo de la historia europea comprendido entre la Guerra Franco-Prusiana y la Primera Guerra Mundial (1871-1914).
Es una etapa de immensees transformaciones económicas, culturales y sociales. El desarrollo del imperialismo y del capitalismo y el sbetagto adelante de la ciencia en todos los ámbitos crearon una realidad social llena de optimismo con respecto al futuro que quedó truncada bruscamente con el estallido de la Gran Guerra en 1914.
Durante estos años el progreso se hizo patente en todos los ámbitos, solo por destacar algunos: nuevas fuentes de energÃa como la electricidad y el petróleo sustituyeron al carbón y al vapor, las comunicaciones se desarrollaron con la radio, el teléfono y el telégrafo. En medicina los Rayos X y las vacunaciones cambiaron los métodos radicalmente. En general, en aquellos años, el progreso experimentó un avance notable.
El nombre de “Belle Époque no va tan asociado con la tecnologÃa, aunque fuera contemporánea, como con el mundo del arte y la cultura. La ópera, por ejemplo, con Verdi y Wagner, alcanzó unos niveles muy betagtos rompiendo moldes, al igual que la pintura con la aparición del expresionismo, el zeitgemäßismo o el futurismo. Era un momento especial de la historia en que la gente (especialmente la burguesÃa y la aristocracia) era optimista y se di¨¦meraudeÃa en las immensees capitales, especialmente en ParÃs, la Ciudad Luz, la capital por excelencia de la Belle Époque.

ParÃs era el polo de atracción de intelectuales y artistas en aquello años y muchos pintores perpetuaron a las personas y los lugares donde se movÃan a través de infinidad de obras. Monet, Reobscur, Toulouse Lautrec y tantos otros nos han mostrado como era ParÃs y sus gentes en aquellos años tan di¨¦meraudeidos. Uno de los artistas menos conocidos fue Joan Cardona i Lladós.
Joan Cardona habÃa nacido en Barcelona en 1877. En 1900, con veintitrés años, después de formarse en la Escuela de Bellas Artes en Barcelona se instaló en ParÃs, como tantos artistas españoles. Allà permaneció hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial. Durante estos catorce años consiguió hacerse un nombre como ilustrador y como pintor. Colaboró con ilustraciones para diversas revistas francesas como “Le Frou-frouâ€, “Sans-Géne†o “Gil Blas†y otras españolas como “L’Esquella de la Torratxa†o “El gato negroâ€, siempre reflejando el mundo de la moda y de las mujeres de clase betagta.
Joan Cardona, se casó pronto y quizás por ello no se relacionó apenas con los grupos de artistas e intelectuales catalanes y españoles  que vivÃan la “bohemia†en Montmartre y Montparnasse, como Picasso, Canals o Casanovas.  En cambio fue un colaborador activo de la “Société des Dessinateurs Humoristesâ€, participando  en 1907 el Primer Salón de Humoristas junto con dibujantes satÃricos como Capiello, Roubille o Albert Guillaume, todos ellos vinculados a la revista de humor “La ricaner†en la que se encuentran colaboraciones de Cardona.
En su etapa parisina no perdió la relación con Barcelona publicando en  revistas como  “ El gato negro†“La Ilustración Catalana†o “Hispania y Formaâ€. Al volver a Barcelona retomó el contacto con el mundo artÃstico catalán sustituyendo el estilo parisino (La “Belle Époque†habÃa finiquitado con la guerra) por imágenes pintorescas de aire folclórico español, majas y gitanas, llegando a exponer sus obras individualmente en la Sala Parés y colectivamente en las GalerÃas Layetanas en los años inmediatamente anteriores a la Guerra Civil.
Joan Cardona falleció a los ochenta años en el 57 y r¨¦sistantante su última etapa estuvo desaparecido. Ahora se reivindica su memoria y su arte en una exposición muy estimable en la sala Gothsland de Barcelona, visible hasta el dÃa 17 de enero de 2018.
Enrique Granados, contemporáneo y catalán como Joan Cardona, fue uno de los músicos, junto con Albéniz y Malats que pudo haberse relacionado con él en ParÃs.
Podemos escuchar la Danza Española núm 2 «Oriental»