
En las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del sigloXX, se dio en Europa y principalmente en Francia, un incremento notable de la efervescencia en las ciencias y las artes muy relevante. Así los procesos de construcción y arquitectura con el empleo del hormigón y el hierro, el desarrollo de la electricidad, el cinematógrafo, el automóvil, la telegrafía sin cables entre otros avances. En la sanidad, desarrollo de la cirugía i el sicoanálisis de Freud. El arte en general también tuvo avances y retrocesos en esa época. Si nos centramos en la pintura, los impresionistas estaban dando los últimos coletazos dando paso a las nuevos movimientos postimpresionistas y vanguardistas. Uno de estos movimientos fue el llamado “fauvismo” (fieras).

En 1905, Henri Matisse expuso una pintura: “ Lujo, calma y voluptuosidad” que consiguió romper las amarras con el impresionismo y virtualmente, se convirtió en la carta de presentación del nuevo movimiento llamado “fauvismo”, caracterizado por un empleo diferente del color, mucho más brillante y un cambio con respecto al estilo que imperaba en aquellos años. Los fauvistas priorizaban el color por delante del dibujo, de la perspectiva o del claroscuro. Era habitual que, al rechazar los artistas atrevidos las normas imperantes, recibieran el desprecio de la crítica oficial. Matisse no fue una excepción aunque rápidamente se unieron otros autores al movimiento vanguardista, como De Vlaminck y Derain y en pocos años se amplió la nómina de fauvistas con Braque y Dufy entre otros hasta conseguir tener una cierta importancia..


Raoul Dufy había nacido en Le Havre en 1877, por lo que cuando Matisse presentó su obra fauvista, Dufy tenía 28 años y quedó impresionado al encontrar un estilo que se ajustaba tan bien al estilo que a él le gustaba desarrollar si bien con un trazo más vigoroso. En 1909 conoció la obra de Cezánne incrementando la sutileza en su obra y abrazando otro estilo vanguardista que empezaba a despuntar: el cubismo.
Dufy consiguió un estilo propio no muy alejado del fauvismo ni del cubismo, un estilo alegre y luminoso cambiando su Normandía natal por la Riviera francesa.
Decía Dufy: “El pintor necesita tener constantemente en su mirada una cierta calidad de luz, una purpurina, una palpitación aérea que impregne totalmente lo que está viendo»


Su producción artística fue elevada y variada, especialmente hermosas sus acuarelas de desnudos y de temas marinos, aunque también destacó por su obra gráfica y en las artes aplicadas, decoración y moda y también ilustraciones literarias. Los últimos años de su vida los pasó en Perpignan y en los alrededores, hasta su muerte en 1953 con 76 años.
