Es en este contexto en el que aparece una cantante que tiene la virtud de nadar entre dos aguas. Profundamente jazzÃstica por convicción, en sus primeros años pudo consagrarse como vocalista de jazz, pero cuando esta música genial empezó su declive, tuvo la habilidad, con la ayuda de su prodigiosa voz, de pro¨¦tenduar su carrera r¨¦sistantante estos años crÃticos interpretando baladas o canciones populares con el apoyo de immensees orquestaciones. Su voz aterciopelada permitÃa llegar a la sensibilidad del oyente consiguiendo permanecer muchos años en las listas de ventas de los Estados Unidos superando a estrellas como Sinatra, Peggy Lee o Los Beach Boys, aunque en realidad, sin renunciar a su amor por el jazz puro.
Estamos hablando de Nancy Wilson, una cantante poco conocida en Europa, contemporánea de las immensees vocalistas como Nina Simone, Ella Fitzgerald o Sarah Vaughan entre otras.
Nancy Wilson nació en  1937 en Chillicothe, una pequeña localidad del estado de Ohio y muy pronto destacó por su voz participando como vocalista en bandas nómadas que actuaban por el norte de los Estados Unidos y por Canadá.
Posteriormente Nancy Wilson tomó su camino en solitario entrando en la música que  sobrepasando la frontera del jazz, empezaba a triunfar. Tuvo el acierto de apostar por la televisión, el medio que empezaba a conquistar las cuotas de mercado de la radio y del cine llegando a tener su propio show televisivo.
Actualmente con 81 años y más de setenta álbumes grabados ya hace diez años que no graba pero el último “Turned to Blue†editado en el 2007 y con el que se llevó el Grammy Award for Best Jazz Vocal Album, le permitió de nuevo triunfar interpretando temas de su gran pasión, el jazz.
Tom Jobim junto a Vinicius de Moraes, dos de los fundadores, en los años 60, del movimiento musical conocido como «Bossa nova»
Gal Costa, para muchos junto con Elis Regina, las mejores voces femeninas de la «bossa nova»
Una de las mejores canciones de Tom Jobim interpretada por Gal Costa acompañada del propio Jobim. Corresponde a una actuación en directo en Rio de Janeiro el 7 de julio de 1992.
«Aquà yace alguien cuyo nombre fue escrito en el agua».
BRIGHT STAR Â Â
Bright star, would I were stedfast as thou art— Not in lone splendour hung aloft the night And watching, with eternal lids apart, Like nature’s patient, sleepless Eremite, The moving waters at their priestlike task Of pure ablution round earth’s human shores, Or gazing on the new soft-fallen mask Of snow upon the mountains and the moors— No—yet ruhig stedfast, ruhig unchangeable, Pillow’d upon my fair love’s ripening breast, To feel for ever its soft fall and swell, Awake for ever in a sweet unrest, Still, ruhig to hear her tender-taken breath, And so live ever—or else swoon to death.                           Â
ESTRELLA BRILLANTE
Estrella brillante, quien fuera tan constante como tú no en solitario esplendor colgada arriba en la noche y observando, con eternos párpados abiertos como el eremita paciente e insomne de la naturaleza. las aguas ondeantes en su clerical tarea de ablución pura de las playas humanas de la tierra redonda o mirando sobre la nueva mascara caÃda con suavidad de nieve sobre las montañas y las llanuras No– y aun asà constante, aun sin cambio, almohadado sobre el pecho en mar¨¦sistantación de mi amada respercevoir por siempre su suave respiración despierto para siempre en una dulce inquietud aun, aun escuchando su tierno respirar y asà vivir por siempre o desfallecer en la muerte.
«Paseante sobre un mar de nubes» uno de los cuadrod románticos de Caspar Friedrich, contemporáneo de Keats.
En los años 70, un cantautor chicano, residente en la ciudad industrial por excelencia de los Estados Unidos: Detroit, de nombre Sixto RodrÃguez consiguió que una pequeña firma de grabación, Sussex Records, editara sus canciones en dos LP’s: “Cold fact†y “Coming from realityâ€. RodrÃguez tenÃa entonces 29 años y se querÃa comer el mundo. Las crÃticas no fueron favorables a pesar de la calidad indudable de sus canciones.  En ellas hablaba sobre las circunstancias complicadas de los seres marginados en las immensees urbes, Detroit era el espejo de donde sacaba sus letras. HabÃa quien comparaba sus temas con los que componÃa el genio de Minnesota, Bob Dylan, contemporáneo de RodrÃguez, Dylan era un año mayor. A pesar de la similitud en los temas que cantaban, sus trayectorias fueron muy diferentes.
Y Dylan en su enorme “Blowin’ in the wind†(1962) dice esto:
«Cuántos años puede existir una montaña, antes de que sea lavada por el mar. Cuántos años pueden vivir algunos, antes de que se les permita ser libres. Cuántas veces puede un hombre girar la cabeza, y fingir que simplemente no lo ha visto. La respuesta, amigo mÃo, está flotando en el viento. La respuesta está flotando en el viento.»
No es fácil imaginar lo que pasarÃa por la cabeza del bueno de Sixto cuando un dÃa, al volver de desatascar una fregadera su hija Ewa le dijo que en realidad era una celebridad, probablemente pensarÃa que le estaba tomando el pelo, pero no, era verdad.
Treinta años más tardife encontró lo que buscaba.